MESA DE FE: CUANDO EL AMOR SE ACABA
Agosto 3, 2020

Matutina: Efesios 5:25-33
Meridiana: Salmo 97
Vespertina: 1 Pedro 3:1-9
Hubo un rey que se enamoró de una plebeya y la convirtió en su esposa.
Estando el rey de cacería le avisaron a la reina que su madre estaba enferma. Aunque era prohibido usar el carruaje real, sin autorización previa, y el castigo era la muerte, ella fue a ver a su mamá. Al enterarse el enamorado rey dijo: “¿No es maravillosa? No le ha importado jugarse la vida por amor a su madre. Esto es verdadero amor filial”.
Otro día la reina comía una fruta cuando llegó el rey y le dijo: “Parece buena”. “Lo es”, contestó la reina, y aunque ya la había mordido, como era el último melocotón que le quedaba, se lo ofreció al rey, que emocionado dijo: “¡Qué esposa tan especial tengo!”
Pasaron los años y con ellos pasó el amor y la pasión del rey y este un día se quejaba amargamente con su amigo más íntimo: “Jamás se ha comportado como una reina. Desafió mi prohibición y utilizó mi carruaje sin permiso y ahora que recuerdo, una vez me dio una fruta mordida, ¡cómo se nota que no tiene clase!”
¿Es esta la triste realidad de tu matrimonio? Tu cónyuge es aun la misma persona que escogiste para formar un hogar hace ya tiempo. ¿Cómo puede ser que lo que antes encontrabas maravilloso, especial, ahora sea todo lo contrario? ¿Qué provocó el cambio de opinión?
El enemigo, destruidor de hogares, está haciendo en este tiempo un esfuerzo gigantesco para acabar con el tuyo. ¿Lo permitirás?
-Judith Stone
No permitas que el enemigo destruya la belleza de tu hogar.
#JudithStone
Matutina: Efesios 5:25-33
25 Maridos, amad á vuestras mujeres, así como Cristo amó á la iglesia, y se entregó á sí mismo por ella,
26 Para santificarla limpiándola en el lavacro del agua por la palabra,
27 Para presentársela gloriosa para sí, una iglesia que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa semejante; sino que fuese santa y sin mancha.
28 Así también los maridos deben amar á sus mujeres como á sus mismos cuerpos. El que ama á su mujer, á sí mismo se ama.
29 Porque ninguno aborreció jamás á su propia carne, antes la sustenta y regala, como también Cristo á la iglesia;
30 Porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.
31 Por esto dejará el hombre á su padre y á su madre, y se allegará á su mujer, y serán dos en una carne.
32 Este misterio grande es: mas yo digo esto con respecto á Cristo y á la iglesia.
33 Cada uno empero de vosotros de por sí, ame también á su mujer como á sí mismo; y la mujer reverencie á su marido.
Meridiana: Salmo 97
1 JEHOVA reinó: regocíjese la tierra: Alégrense las muchas islas.
2 Nube y oscuridad alrededor de él: Justicia y juicio son el asiento de su trono.
3 Fuego irá delante de él, Y abrasará en derredor sus enemigos.
4 Sus relámpagos alumbraron el mundo: La tierra vió, y estremecióse.
5 Los montes se derritieron como cera delante de Jehová, Delante del Señor de toda la tierra.
6 Los cielos denunciaron su justicia, Y todos los pueblos vieron su gloria.
7 Avergüéncense todos los que sirven á las imágenes de talla, Los que se alaban de los ídolos: Los dioses todos á él se encorven.
8 Oyó Sión, y alegróse; Y las hijas de Judá, Oh Jehová, se gozaron por tus juicios.
9 Porque tú, Jehová, eres alto sobre toda la tierra: Eres muy ensalzado sobre todos los dioses.
10 Los que á Jehová amáis, aborreced el mal: Guarda él las almas de sus santos; De mano de los impíos los libra.
11 Luz está sembrada para el justo, Y alegría para los rectos de corazón.
12 Alegraos, justos, en Jehová: Y alabad la memoria de su santidad.
Vespertina: 1 Pedro 3:1-9
1 ASIMISMO vosotras, mujeres, sed sujetas á vuestros maridos; para que también los que no creen á la palabra, sean ganados sin palabra por la conversación de sus mujeres,
2 Considerando vuestra casta conversación, que es en temor.
3 El adorno de las cuales no sea exterior con encrespamiento del cabello, y atavío de oro, ni en compostura de ropas;
4 Sino el hombre del corazón que está encubierto, en incorruptible ornato de espíritu agradable y pacífico, lo cual es de grande estima delante de Dios.
5 Porque así también se ataviaban en el tiempo antiguo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, siendo sujetas á sus maridos:
6 Como Sara obedecía á Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras sois hechas hijas, haciendo bien, y no sois espantadas de ningún pavor.
7 Vosotros maridos, semejantemente, habitad con ellas según ciencia, dando honor á la mujer como á vaso más frágil, y como á herederas juntamente de la gracia de la vida; para que vuestras oraciones no sean impedidas.
8 Y finalmente, sed todos de un mismo corazón, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables;
9 No volviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino antes por el contrario, bendiciendo; sabiendo que vosotros sois llamados para que poseáis bendición en herencia.
CONTENIDO ADICIONAL:
AÑO BÍBLICO, GUÍA DE ORACIÓN Y ACTIVIDADES
AÑO BÍBLICO
Isaías: 29 30 31
GUÍA DE ORACIÓN
Cadena de Oración por País por Localidades & Ministerios:
E.U. Diócesis Oeste-El Paso
Costa Rica-Angelina
ACTIVIDADES:
Ministerio de Crecimiento Espiritual Semana de actividades
SALMO DEL MES:
Salmos 97
1 JEHOVA reinó: regocíjese la tierra: Alégrense las muchas islas.
2 Nube y oscuridad alrededor de él: Justicia y juicio son el asiento de su trono.
3 Fuego irá delante de él, Y abrasará en derredor sus enemigos.
4 Sus relámpagos alumbraron el mundo: La tierra vió, y estremecióse.
5 Los montes se derritieron como cera delante de Jehová, Delante del Señor de toda la tierra.
6 Los cielos denunciaron su justicia, Y todos los pueblos vieron su gloria.
7 Avergüéncense todos los que sirven á las imágenes de talla, Los que se alaban de los ídolos: Los dioses todos á él se encorven.
8 Oyó Sión, y alegróse; Y las hijas de Judá, Oh Jehová, se gozaron por tus juicios.
9 Porque tú, Jehová, eres alto sobre toda la tierra: Eres muy ensalzado sobre todos los dioses.
10 Los que á Jehová amáis, aborreced el mal: Guarda él las almas de sus santos; De mano de los impíos los libra.
11 Luz está sembrada para el justo, Y alegría para los rectos de corazón.
12 Alegraos, justos, en Jehová: Y alabad la memoria de su santidad.