MADRE
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Devocional para el domingo 11 de mayo de 2025
MATUTINA Mateo 15:21-28
21 Y saliendo Jesús de allí, se fué á las partes de Tiro y de Sidón.
22 Y he aquí una mujer Cananea, que había salido de aquellos términos, clamaba, diciéndole: Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí; mi hija es malamente atormentada del demonio.
23 Mas él no le respondió palabra. Entonces llegándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despáchala, pues da voces tras nosotros.
24 Y él respondiendo, dijo: No soy enviado sino á las ovejas perdidas de la casa de Israel.
25 Entonces ella vino, y le adoró, diciendo: Señor socórreme.
26 Y respondiendo él, dijo: No es bien tomar el pan de los hijos, y echarlo á los perrillos.
27 Y ella dijo: Sí, Señor; mas los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus señores.
28 Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; sea hecho contigo como quieres.Y fué sana su hija desde aquella hora.
De la madre se han dicho tantas cosas bonitas, que es difícil decir algo nuevo y, sin embargo, no podemos dejar pasar la ocasión sin referirnos a ella.
¿Qué sería del mundo sin las madres? Recuerdo una ocasión cuando una madre, intercediendo por su hijo, que por cierto ya era un hombre, hizo cuanto trámite se le pedía para resolver un serio problema; pero se topaba con la burocracia y con ese secretismo que a veces impide a las personas resolver los problemas de sus semejantes, aunque ocupen posiciones con ese fin. Y esa madre, ya derrotada, con el alma hecha pedazos, no tuvo otra salida que llorar. Lloró, y sus lágrimas abundantes y sus sollozos de angustia ablandaron el corazón endurecido del funcionario, que al fin le dijo cómo solucionar la situación.
Otro se hubiera rendido, pero el corazón de una madre se niega a dejar de hacer cuanto sea necesario por sus hijos. Benditas sean las madres, y dichosos los hijos que tuvimos madres, porque ser madre es mucho más que haber tenido el privilegio de traer una criatura al mundo. Que el Señor añada gracia al corazón de esas mujeres maravillosas, a las que podemos llamar: MADRE.
Benjamín Cárdenas
MERIDIANA Salmo 25:1-14
ATI, oh Jehová, levantaré mi alma.
2 Dios mío, en ti confío; No sea yo avergonzado, No se alegren de mí mis enemigos.
3 Ciertamente ninguno de cuantos en ti esperan será confundido: Serán avergonzados los que se rebelan sin causa.
4 Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas.
5 Encamíname en tu verdad, y enséñame; Porque tú eres el Dios de mi salud: En ti he esperado todo el día.
6 Acuérdate, oh Jehová, de tus conmiseraciones y de tus misericordias, Que son perpetuas.
7 De los pecados de mi mocedad, y de mis rebeliones, no te acuerdes; Conforme á tu misericordia acuérdate de mí, Por tu bondad, oh Jehová.
8 Bueno y recto es Jehová: Por tanto él enseñará á los pecadores el camino.
9 Encaminará á los humildes por el juicio, Y enseñará á los mansos su carrera.
10 Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad, Para los que guardan su pacto y sus testimonios.
11 Por amor de tu nombre, oh Jehová, Perdonarás también mi pecado; porque es grande.
12 ¿Quién es el hombre que teme á Jehová? El le enseñará el camino que ha de escoger.
13 Su alma reposará en el bien, Y su simiente heredará la tierra.
14 El secreto de Jehová es para los que le temen; Y á ellos hará conocer su alianza.
VESPERTINA 2 Reyes 4:27-37
27 Y luego que llegó al varón de Dios en el monte, asió de sus pies. Y llegóse Giezi para quitarla; mas el varón de Dios le dijo: Déjala, porque su alma está en amargura, y Jehová me ha encubierto el motivo, y no me lo ha revelado.
28 Y ella dijo: ¿Pedí yo hijo á mi señor? ¿No dije yo, que no me burlases?
29 Entonces dijo él á Giezi: Ciñe tus lomos, y toma mi bordón en tu mano, y ve; y si alguno te encontrare, no lo saludes; y si alguno te saludare, no le respondas: y pondrás mi bordón sobre el rostro del niño.
30 Y dijo la madre del niño: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré.
31 El entonces se levantó, y siguióla. Y Giezi había ido delante de ellos, y había puesto el bordón sobre el rostro del niño, mas ni tenía voz ni sentido; y así se había vuelto para encontrar á Eliseo; y declaróselo, diciendo: El mozo no despierta.
32 Y venido Eliseo á la casa, he aquí el niño que estaba tendido muerto sobre su cama.
33 Entrando él entonces, cerró la puerta sobre ambos, y oró á Jehová.
34 Después subió, y echóse sobre el niño, poniendo su boca sobre la boca de él, y sus ojos sobre sus ojos, y sus manos sobre las manos suyas; así se tendió sobre él, y calentóse la carne del joven.
35 Volviéndose luego, paséose por la casa á una parte y á otra, y después subió, y tendióse sobre él; y el joven estornudó siete veces, y abrió sus ojos.
36 Entonces llamó él á Giezi, y díjole: Llama á esta Sunamita. Y él la llamó. Y entrando ella, él le dijo: Toma tu hijo.
37 Y así que ella entró, echóse á sus pies, é inclinóse á tierra: después tomó su hijo, y salióse.
Lectura del año Biblico:
Guía de oración: [Brasil-Bom Jesús Da Lapa-Ba] y [Cuba-Jamal]
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