EL CASTIGO
- Dep. Comunicaciones
- hace 1 día
- 3 Min. de lectura
Devocional para el domingo 4 de mayo de 2025
MATUTINA Hebreos 12:3-11
3 Reducid pues á vuestro pensamiento á aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, porque no os fatiguéis en vuestros ánimos desmayando.
4 Que aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado:
5 Y estáis ya olvidados de la exhortación que como con hijos habla con vosotros, diciendo: Hijo mío, no menosprecies el castigo del Señor, Ni desmayes cuando eres de él reprendido.
6 Porque el Señor al que ama castiga, Y azota á cualquiera que recibe por hijo.
7 Si sufrís el castigo, Dios se os presenta como á hijos; porque ¿qué hijo es aquel á quien el padre no castiga?
8 Mas si estáis fuera del castigo, del cual todos han sido hechos participantes, luego sois bastardos, y no hijos.
9 Por otra parte, tuvimos por castigadores á los padres de nuestra carne, y los reverenciábamos, ¿por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?
10 Y aquéllos, á la verdad, por pocos días nos castigaban como á ellos les parecía, mas éste para lo que nos es provechoso, para que recibamos su santificación.
11 Es verdad que ningún castigo al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; mas después da fruto apacible de justicia á los que en él son ejercitados.
Siendo muy pequeña, tuve que aprender a defenderme de cinco niños, que vivían frente a nosotros, cuando me golpearon. Aprendí a pegarles cuando me atacaron. Su madre se puso furiosa conmigo cuando sus hijos se quejaron de mí, y se formó una enemistad entre nosotras. Un día, una anciana, familiar de aquella señora, pasó por mi lado, y con todo el rencor que sentía hacia esa familia, le falté el respeto y le saqué la lengua.
La anciana habló con mi mamá, y no se demoró el castigo. Tuve que estar parada en la esquina del cuarto con la cara hacia la pared por un tiempo para reflexionar en mi comportamiento. Después, mi mamá me ordenó tocar la puerta de la anciana y pedirle perdón – yo sola. Eso fue el castigo aún más duro.
Con el corazón cargado de vergüenza y temor, le pedí disculpa a la anciana, esperando que me reprendiera severamente (mi mamá me seguía secretamente para asegurar que yo obedecía). La anciana me escuchó y dijo: “Está bien, no lo hagas otra vez”. ¡Qué alivio sentí, qué tranquilidad en mi interior! Hubo paz, nunca más tuvimos problemas ella y yo. ¡Cuánto le agradezco a mi mamá esa valiosa lección que me ha servido durante toda mi vida! Su castigo, duro para mí, me hizo reconocer mi error, arrepentirme, hacer las paces, y aprendí a respetar.
Dios ama a sus hijos, y también nos castiga; lo hace por amor para guiarnos a la santificación en el camino de Cristo. Aceptemos su castigo con humildad y aun con agradecimiento, pues luego tendremos el dulce fruto de justicia y paz
Veronika Novoa
MERIDIANA Salmo 25:1-14
ATI, oh Jehová, levantaré mi alma.
2 Dios mío, en ti confío; No sea yo avergonzado, No se alegren de mí mis enemigos.
3 Ciertamente ninguno de cuantos en ti esperan será confundido: Serán avergonzados los que se rebelan sin causa.
4 Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas.
5 Encamíname en tu verdad, y enséñame; Porque tú eres el Dios de mi salud: En ti he esperado todo el día.
6 Acuérdate, oh Jehová, de tus conmiseraciones y de tus misericordias, Que son perpetuas.
7 De los pecados de mi mocedad, y de mis rebeliones, no te acuerdes; Conforme á tu misericordia acuérdate de mí, Por tu bondad, oh Jehová.
8 Bueno y recto es Jehová: Por tanto él enseñará á los pecadores el camino.
9 Encaminará á los humildes por el juicio, Y enseñará á los mansos su carrera.
10 Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad, Para los que guardan su pacto y sus testimonios.
11 Por amor de tu nombre, oh Jehová, Perdonarás también mi pecado; porque es grande.
12 ¿Quién es el hombre que teme á Jehová? El le enseñará el camino que ha de escoger.
13 Su alma reposará en el bien, Y su simiente heredará la tierra.
14 El secreto de Jehová es para los que le temen; Y á ellos hará conocer su alianza.
VESPERTINA 1 Corintios 11:31,32
31 Que si nos examinásemos á nosotros mismos, cierto no seríamos juzgados.
32 Mas siendo juzgados, somos castigados del Señor, para que no seamos condenados con el mundo.
Lectura del año Biblico:
Guía de oración: [Estados Unidos-Mckinney, TX] y [Cuba-Mabay]
Commentaires